domingo, 24 de octubre de 2010
Otoñó
viernes, 1 de octubre de 2010
Hágalo usted mismo
Como en el caso de Bruno, Hevelius hizo él mismo todos estos grabados, pero la razón en su caso es que le preocupaba que un grabador alterara las imágenes. Combinando palabras, diagramas y dibujos intentó llevar su experiencia personal de observación hasta sus lectores.
*Müller, K. (2010), "How to Craft Telescopic Observation in a Book: Hevelius's Selenographia (1647) and its Images", Journal for the History of Astronomy, xli, 2010.
sábado, 25 de septiembre de 2010
Centro, círculo, circunferencia
Como seguramente sabías, Bruno imaginó que el universo era infinito, que había más mundos que el nuestro y que cada estrella era el centro de un sistema con otros planetas. En varias de sus obras escribió y dibujó el modo en que creía que esto podía acomodarse. Por ejemplo, en su De triplici minimo et mensura, aparece este grabado en que muestra que cada mundo como el nuestro tiene seis mundos vecinos.
En todas sus obras aparecen los centros, círculos y circunferencias, tanto en las que tratan de geometría como las de teología. Para enfatizar sus ideas y convencer a sus lectores, agregó imágenes como estas que ves.
*Luthy, Christoph, "Centre, Circle, Circumference: Giordano Bruno's Astronomical Woodcuts", Journal for the History of Astronomy, xli, 2010.
sábado, 18 de septiembre de 2010
Carrozas voladoras
The cosmic voyage will go on, but after the invention of the balloon it suffers a change into something, I think, less rich and strange. [...] In our modern* imaginary journeys to the planets men sail in great space ships constructed upon sound technological principles. [...] Their devices for flight are far more plausible and realistic than any I have related to you. They have gained verisimilitude, but they have lost the exitement of breathless discovery.
*No olvides que ella escribió en 1948.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Otros mundos
Nicolson fue una experta en el tema de la ciencia en la cultura inglesa del siglo XVII y le he leído otros libros maravillosos como Newton demands the Muse, sobre la poesía que se escribió en torno de la figura de este hombre tan público, y Pepys' Diary and the New Science, en el que revisa los diarios de este inglés para ver dónde estaba la ciencia por entonces.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Gauss y Humboldt
El libro empieza con el primer encuentro entre un gruñón Gauss y un eufórico Humboldt, ambos ya viejos. A continuación se regresa muchos años para recontar desde el inicio las vidas de ambos hasta aquel encuentro. Va alternando breves y ágiles capítulos sobre cada uno en los que retrata, con pocos pero certeros trazos, las personalidades de estos dos hombres tan diferentes. Así, van apareciendo el explorador y naturalista, incansable viajero y el matemático y astrónomo que prefirió medir el mundo desde casa.
La disfruté porque está bien escrita, y es muy entretenida. De paso, y sin ningún esfuerzo, conocí a estos dos personajes, sus respectivas obras y la época que compartieron.
Este libro inauguró una racha de novelas históricas. Me seguí con La gran marcha, de E.L. Doctorow, acerca de la guerra de sececión (que debería llamarse guerra de unión, ¿no?) de los Estados Unidos. Y ahora me dispongo a leer Expediente del atentado, de Álaro Uribe, que trata de un atentado contra Porfirio Díaz. Éste debo leerlo pronto si quiero alcanzar a ver la película que hicieron con él y que acaba de estrenar.
jueves, 19 de agosto de 2010
La influencia de los astros
viernes, 13 de agosto de 2010
Serendipia archivológica
Mientras tanto, junto con otra estudiante, Liliana, he comenzado a organizar algunos archivos del Instituto de Astronomía que son más pequeños y contienen documentos de un periodo más reciente, que no está representado en el FOAN (los 70s y 80s del siglo XX). En mayo empezamos con el Fondo Harold Johnson que consiste en aproximadamente 4 cajas (un poco más grandes que revisteros) con correspondencia y planos para la construcción de instrumentos. Estos documentos reflejan algo del trabajo que hizo este estadounidense en su estancia en México. Johnson trabajó especialmente en el telescopio de 1.5m de diámetro de San Pedro Mártir, que llegó a México gracias a él.
Empezamos por limpiar los documentos, luego los organizamos en expedientes, y finalmente hicimos un catálogo con la descripción del contenido de cada expediente. Nos resultó muy bueno trabajar primero con este fondo pequeño (con sólo 20 expedientes), pues así pudimos ir entendiendo (¡o inventando!) los pasos del proceso.
Ahora estamos felizmente sumergidas en el conjunto de documentos que pertenecieron a Robert Noble, otro estadounidense que trabajó en el IA por esos años. Este fondo es mucho más grande, tiene aproximadamente 200 expedientes, y pensamos que nos iba a tomar muchísimo tiempo organizarlo. Sin embargo, para nuestra gran fortuna, Noble era un hombre muy ordenado, y dejó todo en carpetas etiquetadas por temas. Además, Paco Cobos y Carlos Tejada -ópticos del Instituto- conservaron los documentos con mucho cuidado.
Para hacer todo este trabajo, el IA nos prestó una oficina que por el momento no se está utilizando. Como el Fondo Robert Noble es grande, Liliana tuvo que vaciar un archivero para hacer espacio para las carpetas con documentos mientras los organizamos. Ahí encontro, así nomás, un conjunto de documentos que pertenecieron a Claudio Firmani, un compatriota tuyo que trabajó mucho tiempo en el Instituto y ahora ya está de vuelta en Italia. Firmani estuvo involucrado, junto con Gianfranco Bisiacchi, en el desarrollo de un detector llamado MEPSICRON y estos pocos papeles tienen que ver con ese proyecto.
Me encantó encontrar esos documentos, pues confirman mi sospecha de que cada oficina tiene un pedacito de la historia del Instituto. En octubre haremos un coloquio para mostrarle a los astrónomos lo que llevamos avanzado e invitarlos a que cada quién contribuya con una parte y así podamos armar un archivo de un periodo sobre el cual hay muy poca documentación. Juntos tendremos que pensar qué queremos resguardar, y cómo.
jueves, 12 de agosto de 2010
¿Para quién escribió Galileo?
Te pongo mis conclusiones esperando que se te antoje ir a ver cómo llegué a ellas:
Galileo escribió para sí mismo, para sus estudiantes y colegas, para sus mecenas y contra sus enemigos. Sin proponérselo, también escribió para un público más amplio de su tiempo y para todos nosotros. A través del conjunto de sus documentos, nos ha dejado un detallado retrato de la Italia que le tocó vivir. Vemos las instituciones y sus tradiciones, las profesiones y sus prácticas, las personas y sus intereses. Y, dentro de este contexto, hemos podido constatar la importancia de las diversas formas de comunicación en el quehacer de eso que hoy llamamos ciencia.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Cometas con chocolate
lunes, 2 de agosto de 2010
De Cavorita y Selenitas
Trata de un científico, el señor Cavor (pequeño, gordito, desgarbado y distraído), que está intentando hacer un compuesto que sea opaco a la gravedad del mismo modo que una pared es opaca a la luz. Inicialmente su interés es puramente teórico, pero más adelante se le ocurre hacer una esfera cubierta de ese material, llamado Cavorita, para así escapar la atracción de la Tierra e ir a la Luna. En este increíble viaje lo acompaña el señor Bedford (joven, emprendedor, fracasado y oportunista).
El libro contiene muchas ideas de física y biología, pero están bien integradas a la narración de modo que en ningún momento atosiga ni confunde. De física, me gustaron las descripciones del ambiente libre de gravedad dentro de la esfera, y de la libertad de movimiento allá en la Luna donde uno pesa 1/6 de lo que pesa acá. De biología, la flora que puede vivir en aquellas condiciones extremas, y los Selenitas que –por lo mismo- viven en el interior de nuestro satélite.
Obviamente hoy ya sabemos muchas de las cosas que Wells tuvo que imaginar en 1901, así que para apreciar su libro tenemos que ponernos en su lugar. Es interesante, además, saber que lo escribió después de -y en respuesta a- De la Tierra a la Luna de Julio Verne.
miércoles, 28 de julio de 2010
El arca de Noé
Por lo visto, en mi ausencia hubo una junta de vecinos y decidieron empezar a reunir los animales. A pesar de que no están permitidos, ya tenemos dos gatos y dos pericos. No veo señales del arca...
Gracias a mi hermana, estuve unos días en Cuernavaca. Conocí su cocina remodelada para hospedar su nuevo negocio de pastelería. Participé en la producción de delicias y, por supuesto, en el consumo de las mismas.
Y gracias a Orhan Pamuk estuve en varios Estambules: el suyo de niño, el de ahora, y el de varios cronistas turcos y extranjeros a través de los siglos. Me quedo con ganas de conocer más acerca del imperio otomano. También me gustaría leer a los cronistas de mi ciudad, y ver cómo se compara lo que ellos vivieron con lo que yo conozco.
Ahora, en sólo tres días, ya estoy completamente reinsertada mi realidad. Regresé para encontrar que ya salió mi artículo sobre la historia del Observatorio en la revista ¿Cómo ves? Acto seguido empecé a escribir otro para la página argentina Historia de la Astronomía. Recibí una nueva tesis para revisar, y ya casi termino de preparar las lecturas y el cartel para el curso que daré este semestre. Mañana voy al archivo histórico para ver cómo van Aline y Carlos con el FOAN, y el viernes haré lo propio con Liliana en el Instituto de Astronomía.
¡Qué bueno es desconectarse, y qué bueno regresar!
miércoles, 30 de junio de 2010
Cometas simultáneos
Estará en:
miércoles, 16 de junio de 2010
Una nova michoacana
Hoy la casa de Rivera es un museo donde resguardan muchos de sus libros, documentos y objetos personales. Acá estamos registrándonos a la entrada de la casa-museo (Yolanda fue la fotógrafa de la expedición).
martes, 8 de junio de 2010
De motu
Este tipo de máquina, que funciona por una serie de reacciones en cadena, se llama de Rube Goldberg por el caricaturista estadounidense que dibujaba máquinas complicadísimas para hacer tareas de lo más simples. La que te pongo ahora es la afortundada colaboración entre el grupo de rock OK Go, ingenieros de Syyn Labs y algunos miembros del laboratorio JPL de la NASA.
domingo, 23 de mayo de 2010
Viajar en cometa
Me llegó hasta le médula porque se trata de dos de las cosas que más me gustan: viajar y contarle maravillas a otros. Pero además creo que toca un punto muy sensible en un momento en que me está costando mucho trabajo creer en algo. En contraste con mi actual estado de ánimo, la convicción y la perseverancia de estos dos aventureros-divulgadores son una gran inspiración.
martes, 18 de mayo de 2010
De montañas y mutilaciones
miércoles, 12 de mayo de 2010
¿Según quién?
Esta Jornada Académica está organizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, junto con el Institut de Recherche pour le Développement y debe ser muy interesante (siempre y cuando todos hayan hecho su parte, claro).
Lo que me toca a mí es una revisión de la historiografía de la astronomía en México. Es decir que voy a mostrar quiénes han escrito historias de la astronomía y tratar de analizar el panorama que resulta de verlas todas juntas. A muy grandes rasgos, lo que encontré en mi revisión es que hay dos tipos de historias: aquella escritas por los astrónomos, y aquellas escritas por los historiadores. Y, como te podrás imaginar, los textos de cada grupo son bien diferentes.
Del primer grupo hay muchos ejemplos, escritos para todo tipo de conmemoraciones como celebraciones nacionales (como nuestro tricentenario) o aniversarios astronómicos (en los cumpleaños del Observatorio Astronómico Nacional). Además, hay algunas memorias más personales. En todos estos textos se enfatizan los logros y las aportaciones de la astronomía para la ciencia y el país.
En el segundo grupo de historias, en cambio, hay muy pocos textos, y esto es reflejo de la escasez de historiadores de la astronomía aquí. Estos trabajos se enfocan en algún fenómeno en particular, como el aspecto social, o los instrumentos, o el lado de la comunicación pública. Lo que pretenden es arrojar luz sobre el asunto para así entenderlo mejor.
Lo que más me interesa es abrir a debate lo que falta, ¡que es mucho! A ver qué tal se pone la discusión.
domingo, 9 de mayo de 2010
La tarea
Ahora, para terminar, quiero que hagan otro ejercicio: plantear un proyecto de investigación. Cada quién debe seleccionar una parte de tu obra y hacerse una pregunta. A continuación deberán tratar de imaginar el camino a tomar para responderla.
Como somos tan pocos, Aline y yo hemos decidido que también haremos un planteamiento de proyecto cada quién. Yo quiero abordar algo que atisbé mientras preparaba mis libros sobre tu trabajo, pero que no tuve tiempo de mirar con cuidado. Me llaman la atención las portadas de tus libros y quiero entender el significado de cada parte de ellas.
La mayoría de las portadas tienen el formato que supongo era el usual en tu época, como por ejemplo la del libro que explica el funcionamiento del compás geométrico militar que tú perfeccionaste.
Llevan el título de la obra, el nombre del autor y sus credenciales, el nombre de la persona a la cual se dedica y el lugar donde se publicó. Además, todos contienen un emblema, un grabado cuyas partes seguramente contienen mucha información representada gráficamente. Ésta es una de las partes que quiero entender mejor.
Hay dos portadas que son muy diferentes a ésta, que creo que es estándard. La de Il Saggiatore me da la sensación de ser más bien como un monumento:
Está repleta de información: como los telescopios, las abejas del emblema de Mafeo Barberini (Urbano VIII), el lince de la Academia de los Linceos, la representación de la filosofía y las matemáticas. Pero hace falta saber mucho más para entender bien cómo se integran todas estas partes, y qué imagen querías proyectar con el conjunto.
La portada de los Diálogos sobre los dos grandes sistemas del mundo ocupa dos páginas. La primera tiene el formato más estándard, y la segunda es nuevamente muy gráfica, pero con una forma muy libre:
Quiero entender, pues, qué significan las partes que integran estas portadas. Pero también me interesa seguir cómo se van transformando a lo largo del tiempo. Estoy segura de que reflejan quién eras en cada momento y quién querías ser. Por ejemplo, a lo largo de tus obras, debajo de tu nombre aparecen títulos distintos:
En el Compasso eras:
sábado, 24 de abril de 2010
De la jaula al laberinto
¿Vamos a entrar en el tercer milenio con una conciencia nacional que es poco más que un conjunto de harapos procedentes del deshuesadero del siglo XX, mal cosidos por intelectuales de la primera mitad del siglo XX que pergeñaron un disfraz para que no asistamos desnudos al carnaval nacionalista?
Me quedo con ganas de leer muchas de las obras que cita Bartra, entre ellas El laberinto de la soledad de Octavio Paz. Es otro de esos que está aquí, en una repisa, esperando a que le toque su turno.
Sobre mi curso en la Facultad de Ciencias en el que estamos revisando la historia de tu vida y obra, sólo te puedo contar que me quedan algo así como 1.5 estudiantes. Esto no es porque lleguen al salón fragmentos de personas, sino porque la población es muy variable. Para la explicación de este curioso fenómeno también tendré que hacer algún promedio, pues oscilo entre flagelarme por incompetente y despreciarlos por holgazanes.
domingo, 11 de abril de 2010
Otra noche de estrellas
Dado el gran éxito que tuvo la noche de las estrellas de 2009, se prepara una nueva para este año. Será el sábado próximo, 17 de abril, en muchas sedes por todo el país. Puedes ver los detalles en:
domingo, 4 de abril de 2010
Mes de poemas
Next
If you can orbit the planet, why can't you see
what makes the human heart happy?
Is it art or is it sex?
Or is it, as I suspect, just keeping going
from next thing to next thing
to next thing to next thing
to next to next to next to next
pulsating stupidly to outlast time?
viernes, 26 de marzo de 2010
¡Vacaciones!
...pero ¡tengo vacaciones por la Semana Santa! así que me temo que todo esto tendrá que esperar hasta que regrese.
Mis vacaciones van a ser aquí, ni siquiera en mi ciudad, en mi colonia. Procuraré moverme lo menos posible, y hacerlo muy lentamente, para así lograr la ilusión de contar con una vastísima cantidad de tiempo.
Tengo apartados dos libros que se me antoja mucho leer en este rato. Uno de ellos acaba de llegar a la biblioteca de la DGDC. Se trata del libro más reciente de uno de mis autores favoritos que me parece que te gustaría mucho a ti también. Edward Tufte es un experto en representación visual, y se ha vuelto algo así como un gurú de la visualización de datos, algo a lo que tú te dedicaste en los primeros años después de tu encuentro con el telescopio. Este libro, el quinto de una serie, se llama Beautiful Evidence y supongo que bastará con que te ponga el mero inicio para que se te antoje:
A colleague of Galileo , Federico Cesi, wrote that Galileo's 38 hand-drawn images of sunspots "delight both by the wonder of the spectacle and the acuracy of expression." This is beautiful evidence.El otro libro que quiero leer en mis vacaciones está en el buró junto a mi cama desde hace meses, esperando pacientemente su turno. Se trata de una obra que he encontrado citada en muchos lugares interesantes y que creo que además de entretenido, me será muy útil. La jaula de la melancolía, del antropólogo mexicano Roger Bartra lleva el subtítulo: Identidad y metamorfosis del mexicano, con lo cual ya más o menos te puedes imaginar por dónde va.
Pero no sólo de libros vive esta mujer; tengo planes para ver a amigos, cocinar, y atender mi jardín que en esta temporada está creciendo tan rápido que exige mucha atención.
miércoles, 10 de marzo de 2010
¿Apagarán la luz!
Pues ahora nos estamos enterando de que el plan es cerrarlo en junio de este año, ¡así, sin agua va! Y es que el museo está en el edificio donde se firmó la constitución de 1824 y quieren convertir ese espacio en un museo de la constitución. Puedes leer más sobre esto en el periódico La Jornada.
jueves, 25 de febrero de 2010
¡Arúgula! ...creo
Puesto que parece que finalmente se acabaron los fríos, este sábado planté dos hileras de cada tipo de semilla, usando sólo 1/10 del contenido de los sobres para ver cómo nos va. Bueno, pues esta tarde (jueves, sólo 5 días después) subí a regar las plantas que tengo en la azotea y encontré dos filas de plantitas, formadas como diminutos soldaditos verdes. Pueso que no les puse letrero a las macetas, no estoy segurísima, pero creo que se trata de las arúgulas. Cuando estén más grandes se deben de ver así:
Para entretenerme en lo que espero, he estado haciendo una revisión preliminar sobre el tema de mi siguiente artículo. Me invitaron de la Secretaría de Educación Pública para que escriba algo breve que aparecerá en el libro de texto de ciencias naturales de sexto de primaria. Quieren que les cuente acerca de algún proyecto actual de astronomía y esto me viene perfecto porque quiero hablar del proyecto en el que participa mi amigo Alan Watson.
Alan es de esos astrónomos que también hace la parte de la instrumentación. El año pasado lo escuché dar una plática acerca de un proyecto para robotizar dos de los telescopios que están en el Observatorio Astronómico Nacional, en San Pedro Mártir. Se trata de automatizar el funcionamiento de estos telescopios para que sirvan de vigías, atentos a los cambios en el cielo nocturno sin necesidad de que un astrónomo esté ahí todo el tiempo supervisando. Entre los cambios que esperan ver están las erupciones de rayos gamma, explosiones verdaderamente violentas que todavía no entendemos del todo. La semana que viene veré a Alan para entrevistarlo sobre los detalles y te cuento todo.
miércoles, 24 de febrero de 2010
De revolutionibus
Para nosotros revolución significa un cambio violento en las instituciones políticas o sociales, y algunos historiadores en el siglo XX decidieron etiquetar como revolución lo que le sucedió a la ciencia por ahí del siglo XVII. Ahora se discute mucho esta etiqueta*, por varias razones. Nadie duda que hubo un cambio, del cual incluso ustedes estaban concientes. Fue entonces que la naturaleza se empezó a estudiar de una manera diferente: mediante experimentos, utilizando instrumentos y apoyados en las matemáticas. Pero esta transformación fue todo menos violenta; tardó muchos años (varias generaciones) en ser asimilada. Al final de casi un siglo, prácticamente todos estaban de acuerdo, pero ese periodo está lleno de personas y sucesos que hoy no reconocemos como científicos, y que sin embargo fueron importantes para el proceso.
La discusión en clase sobre este tema estuvo muy buena. Había mucho que decir y todos le entraron. En cambio, en la clase de ayer prácticamente no pasó nada. Los alumnos tenían que leer una versión muy sencilla de tu biografía, la que escribió Stillman Drake para el Dictionary of Scientific Biography. Aline (que además de trabajar en el archivo es ayudante del curso) y yo les llevamos varios otros ejemplos de tus biografías. Con tanto material uno pensaría que no nos hubieran alcanzado las dos horas, ¡pero hasta sobró tiempo! Quizás se les dificultó la lectura, primera que les dejo en inglés.
*Shapin, S. (2000), La Revolución Científica. Una interpretación alternativa, Paidós, Madrid
Bowler, P. y I.R. Morus (2005), Panorama general de la ciencia moderna (capítulo 2), Crítica, Madrid.
martes, 16 de febrero de 2010
Telescopios, tallarines y tormentas*
Te pongo las conclusiones del ensayo (traducidas y muy compactadas) pues me parece que con eso te puedes dar una buena idea de cómo es lo demás:
Justo al final del siglo XIX, Ángel Anguiano dejó el Observatorio y con esto terminó el comienzo de la vida del OAN. El repaso de esos veintidós años iniciales nos permite ver la variedad y diversidad de los factores involucrados en la fundación y consolidación de este espacio para la astronomía mexicana. Para empezar, había un grupo de ingenieros geógrafos que conocían lo que estaba sucediendo en la astronomía de entonces y estaban interesados en sumarse a esa tarea. Aunque no fue al primer intento, finalmente lograron el apoyo necesario para que en 1878 México tuviera su Observatorio Astronómico Nacional. Esto sólo se logró porque hombres como Anguiano y Díaz Covarrubias supieron combinar sus intereses con aquellos del gobierno. Casi diez años después de fundado, y gracias al empeño de Anguiano por promoverlo, el Observatorio recibió una importante invitación a formar parte del proyecto internacional Carta del Cielo. De este modo, el nuevo siglo encontró al Observatorio con un flamante edificio, un buen proyecto y un nuevo director, Felipe Valle.
Lo que siguió es lo que me toca averiguar a continuación. Fue un buen ejercicio escribir este texto; además de ordenar lo que llevo hecho, me aclaró mucho de lo que me queda por hacer. Todavía me tengo que sentar a hacer una lista de archivos, artículos y libros que me falta consultar, y preguntas que quiero responder.
Pero antes de todo eso, me tomé el fin de semana completamente de descanso. Además de "cultivar mi propio jardín", preparé tallarines japoneses de varias maneras. Aline, que trabaja conmigo en el archivo histórico, fue a Japón el año pasado. Como antes de que se fuera le platiqué que me llaman la atención los puestos o pequeños restoranes de tallarines que aparecen en las novelas de varios de mis autores japoneses favoritos, me trajo algunos para probar. Hice unos gorditos (Udon) con sopa y otros rizados (Ramen) con verduras sofritas y me quedé con ganas de seguir experimentando.
Hoy vi a Aline, que leyó el artículo sobre el Observatorio, y me hizo notar una simpática coincidencia. La expedición mexicana que fue a Japón en 1874 para presenciar el tránsito de Venus llegó a Kanagawa, mismo sitio donde Hokusai pintó La gran ola de Kanagawa, ¡que aparece en una mascada que ella me trajo de allá!
*Título inspirado en el que quizá es mi libro favorito sobre mi obra favorita de Galileo: Drake, S. (1957), Telescopes, Tides and Tactics: A Galilean Dialogue about the 'Starry Messenger' and 'Systems of the World', University of Chicago Press, Chicago.
martes, 9 de febrero de 2010
Engañar tulipanes
Entre acarreos de hielo, terminé de escribir el artículo sobre el Observatorio. El domingo, acelerada por la taza de café con leche que llevaba dentro, me pareció que quedó de lo más bien. Ahora está en manos de mi amigo Alan, que es Inglés, y me va a hacer el favor de revisarlo. Cuando me lo regrese te cuento algunas partes.
También preparé la primera clase de mi curso sobre las maneras en que se han historiado tu vida y obra. La semana pasada fueron las inscripciones y se anotaron una chica y 9 chicos. Hoy empezamos y como introducción vimos un texto sobre la historia de la ciencia*. La discusión estuvo muy buena, pero la verdad me imaginaba que iban a tener reacciones más fuertes acerca de lo que leímos. Se trata del primer capítulo, donde los autores exponen las diferentes maneras en que se ha contado la historia de la ciencia. Cuenta cómo ahora se estudia la ciencia como una actividad social, y las cosas que se pueden ver con esa mirada. Debe ser porque son jóvenes, que no les causó tanto escozor ver, por ejemplo, que los científicos no son héroes inmaculados.
*Bowler, P. y I.R. Morus (2005), Panorama general de la ciencia moderna, Crítica, Madrid.
miércoles, 27 de enero de 2010
Eau d'astronomie
De entre la variedad de libros que describen el contexto de la astronomía hacia finales del siglo XIX, escogí el de Agnes M. Clerke* porque ella vivió en esa época y conoció muy bien lo que estaba sucediendo. De haber nacido un poco después, Clerke hubiera sido astrónoma, pero entonces -aún en Inglaterra- esto no era posible. Así que se volvió una divulgadora bastante especial, pues conoció bien a muchos astronomos y varios observatorios (tuvo la oportunidad de trabajar en algunos). Publicó muchos libros, y éste que te cuento fue el más exitoso.
La autora no es absolutamente objetiva, pero ¿quién sí lo es? En este libro hace especial énfasis en la importancia de los astrónomos amateurs, y en las aportaciones del Reino Unido a esta disciplina. De cualquier modo, gracias a ella tenemos la voz de un testigo, que presenció las interesantes discusiones que se dieron hacia el final del siglo XIX. Además, me gusta mucho la forma en que escribe. Por ejemplo, ¿te acuerdas que te conté sobre los espectros? Bueno, pues ve nomás cómo los explica ella:
The various rays which, entering the eye together in a confused croud, produce a compound impression made up of indistinguishable elements, are, by the mere passage through a triangular piece of glass, separated one from another, and ranged side by side in orderly succession, so that it becomes possible to tell at a glance what kinds of light are present, and what absent.
El libro me ha servido especialmente para entender el complejo entorno, tanto científico como social, en el cual se dieron las observaciones de los tránsitos de Venus de 1874 y 1882. Es notable que, sin astrónomos ni observatorios, hubo algunos mexicanos que entendieron lo que estaba pasando y supieron insertarse en este importante proyecto internacional.
Bueno, regreso a mi tarea de compactar información. ¡Si sólo pudiera hacer un perfume pequeñito que evocara todo lo que hay que contar!
* Clerke, Agnes M. (1902), A Popular History of Astronomy in the Nineteenth Century, Sattre Press, Decorah 2003.
martes, 19 de enero de 2010
Galileo en el teatro
y te lo pongo porque me imagino que te dará gusto saber que seguimos celebrándote.
Esta obra se dio el año pasado, pero no tuve oportunidad de verla. Ahora seguro que iré, y ya te contaré qué tal está.
miércoles, 13 de enero de 2010
Sentido contrario
Fue una gran experiencia; sentía que estaba en un lugar completamente nuevo. Para empezar, iba viendo el otro lado de todo. Por ejemplo, hay una iglesia que siempre vi sólo de un costado, y ahora pude ver el frente. Además, fui descubriendo edificios y negocios en los que nunca había reparado.
Me gustó mucho esto de mirar algo muy conocido desde un ángulo diferente. ¡Ojalá pudiera hacer lo mismo con otras cosas! ¿Será que si me paro de cabeza mientras trabajo en el artículo que estoy preparando sobre la historia del Observatorio encuentre cosas que hasta ahora no había visto?
viernes, 8 de enero de 2010
De regreso
Me temo que no tengo muchas cosas astronómicas que contarte. Me desconecté por completo del trabajo y dediqué mi tiempo a ver a amigos que no había visto, a iniciar una enredadera en mi terraza y a leer montones (ya te contaré más). Además me fui de viaje por cinco días a la Ciudad de México y disfruté mucho de caminar por el centro, ver museos y comer bien.
Generalmente cuando tengo más tiempo aprovecho para cocinar cosas nuevas y complicadas, pero esta vez no estaba de humor. Lo único que hice fue un lomo de cerdo relleno de espinacas, que resultó muy apropiado, pues recibí este año de centenario y bicentenario de la manera más patriótica: verde (espinacas), blanco (lomo) y rojo (salsa). Además, me quedó rico.
Aunque para muchos el Año Galileo terminó con 2009, para mí continúa. Este semestre daré un curso en la Facultad de Ciencias de la UNAM sobre las variadas maneras en que se ha contado la historia de tu vida y tu obra. Quiero hablar de los hechos, claro, pero también mostrar los diversos acercamientos que se han dado a la hora de contarlos. Te pongo el programa para que te vayas imaginando por dónde va el asunto, y ya te iré contando tanto lo que yo presente como las reacciones de los estudiantes.
Galileo en la historia
Introducción
La historia de la ciencia
La Revolución Científica
Los hechos
Vida
Obra (astronomía)
Obra (física)
Los enfoques
Los instrumentos
La acción de ver
Los experimentos
Las redes de científicos
Ciencia e iglesia
Ciencia en sociedad
Galileo en la cultura
En el arte
En la divulgación