domingo, 24 de octubre de 2010

Otoñó

He estado tan ocupada, que no me di cuenta que se acabó el verano. Por la mañana está fresquito, suficiente para sacar mascadas y chamarras. Para cuando salgo de casa, las calles están barridas, pero en el transcurso del día se vuelven a llenar de hojas amarillas.

Ya hay mandarinas en el mercado, así que desayuno con mi jugo favorito. Hoy, además, compré zapotes negros y preparé un dulce con ellos. Y ya es buen clima para sopas. Estoy pasando por una fase de puras cremas: de espárragos, de jitomate asado, de calabacitas. Y hoy, de champiñones.

Y sí, entre exprimir, picar, freír y licuar voy a trabajar. Esta semana, por ejemplo, asistí por primera vez a un seminario sobre la historia de la ciencia vista desde sus instrumentos. Es una perspectiva muy interesante por sí misma, pero además creo que me servirá mucho para analizar de una manera coherente el periodo del inicio del Observatorio, en que se adquirieron muchos intrumentos nuevos.


Además, asistí al examen profesional de mi estudiante Javier. Se recibió con una linda tesis sobre la astronomía en la prensa mexicana en la década de los 20's del siglo pasado. Combinando trabajo en hemeroteca con revisión del contexto que rodeaba al Observatorio en esos años, muestra cómo el director de entonces -Joaquín Gallo- recurre a la divulgación de la astronomía a través de la prensa como otra vía más para obtener la validación social que tanto necesitaban entonces.

Mientras tanto, el trabajo con Liliana de organización de los archivos que se encuentran en el Instuto de Astronomía siguie viento en popa. Hace un par de semanas dimos un coloquio en el Instituto y tuvimos muy buena respuesta de la comunidad. Además, hemos descubierto cosas muy interesantes en el archivo personal de Arcadio Poveda, quien amablemente nos permitió revisarlo y hemos decidido que lo vamos a organizar.

Como ves, muchas cosas buenas.

viernes, 1 de octubre de 2010

Hágalo usted mismo

¿Conociste al astrónomo polaco Johannes Hevelius? Aunque nació mucho después que tú, ya estaba trabajando antes de que murieras, así que tal vez supiste algo sobre él.

Esta semana leí un artículo* sobre su libro Selenografía de 1647 donde puedes ver por dónde siguió la astronomía en el periodo justo después del tuyo. Desde el fronstispicio de la obra el autor deja bien claro que cree que se deben utilizar tanto la razón (representada por Alhazen, a la izquierda) como los sentidos (representados por ti, derecha). Como puedes ver la combinación de teoría y práctica, inaudita antes de tus tiempos, se volvió indispensable bien pronto.


Este libro (que puedes ver completo aquí) es al mismo tiempo un manual y un atlas. Comienza con una parte técnica donde describe con mucho detalle cómo construyó y utilizó sus telescopios. Éste, por ejemplo, es un grabado que muestra el torno que utilizó para pulir las lentes. El nivel de detalle al que llega es tal que su lector debiera poder construir su propio telescopio.


La segunda parte del libro es un atlas de la Luna. Contiene imágenes como esta, con una Luna llena, y series o secuencias en las que van cambiando las fases o grados de iluminación.


Como en el caso de Bruno, Hevelius hizo él mismo todos estos grabados, pero la razón en su caso es que le preocupaba que un grabador alterara las imágenes. Combinando palabras, diagramas y dibujos intentó llevar su experiencia personal de observación hasta sus lectores.

*Müller, K. (2010), "How to Craft Telescopic Observation in a Book: Hevelius's Selenographia (1647) and its Images", Journal for the History of Astronomy, xli, 2010.