sábado, 18 de septiembre de 2010

Carrozas voladoras

Sigo leyendo Voyages to the Moon y acabo de terminar el capítulo acerca de las diversas carrozas voladoras que imaginaron en los siglos XVII y XVIII. Algo que resulta interesante acerca de éste, el cuarto de los modos que revisa Nicolson para llegar a la luna, es cómo los personajes construyeron sus carrozas utilizando el conocimiento proveniente de la ciencia en su momento. Así, como mecanismos de propulsión utilizaron velas de barco, papalotes, fuegos artificiales, imanes o globos.

Pero, como también se escribieron parodias sobre estos viajes cósmicos, existe una buena colección de medios más bien chuscos. En sus viajes a la Luna y al Sol, Cyrano de Bergerac, va probando varios. Primero llena muchos frascos de rocío y se los ata al cuerpo. Así, al amanecer, el Sol se lleva al rocío, y con él, al viajero cósmico. Como este mecanismo sólo lo lleva hasta Canada, sigue construyendo diversas máquinas que usan alas, resortes, fuegos artificiales y lentes, hasta que finalmente llega a la Luna.

Una de las propuestas serias más interesantes de entonces fue la que hizo el italiano Fancesco Lana en su obra de 1775, Prodromo. Se trata de un barco bastante convencional, con vela y remos, pero con la ingeniosa adición de cuatro globos vacíos, y por lo tanto más ligeros que el aire. Esta nave cósmica dio mucho de que hablar, pues en ese tiempo no se sabía lo suficiente sobre el aire, el vacío y los materiales que lo podrían soportar.

Concuerdo completamente con Nicolson cuando termina este capítulo diciendo:
The cosmic voyage will go on, but after the invention of the balloon it suffers a change into something, I think, less rich and strange. [...] In our modern* imaginary journeys to the planets men sail in great space ships constructed upon sound technological principles. [...] Their devices for flight are far more plausible and realistic than any I have related to you. They have gained verisimilitude, but they have lost the exitement of breathless discovery.

*No olvides que ella escribió en 1948.

1 comentario:

Concepción dijo...

Tengo una debilidad especial por las ilustraciones técnicas de los impresos científicos de siglos anteriores. Y el barco volador con globos de tu carta a Galileo me encanta.
Las nuevas tecnologías siempre parten de modelos conocidos, en este caso, los barcos, mejor dicho, botes o góndolas. De hecho, la canasta de los globos impulsados con aire caliente, se llama hoy en dia todavía góndola. Y que decir de los aviones, transbordadores, cohetes y cápsulas, siempre se ha usado el nombre "nave" y sus tripulantes "náutas", ya sea astro-o aeronáutas, recondando a los mitológicos argonáutas.
Si bien la forma de los artefactos aéreos o espaciales ha cambiado, los reductos de la idea original quedan presentes en el lenguaje. No es maravilloso?