Acabo de terminar de leer Los primeros hombres en la Luna, de H.G. Wells y me encantó. Del mismo autor ya había leído La máquina del tiempo y La guerra de los mundos, pero este es mucho mejor.
Trata de un científico, el señor Cavor (pequeño, gordito, desgarbado y distraído), que está intentando hacer un compuesto que sea opaco a la gravedad del mismo modo que una pared es opaca a la luz. Inicialmente su interés es puramente teórico, pero más adelante se le ocurre hacer una esfera cubierta de ese material, llamado Cavorita, para así escapar la atracción de la Tierra e ir a la Luna. En este increíble viaje lo acompaña el señor Bedford (joven, emprendedor, fracasado y oportunista).
El libro contiene muchas ideas de física y biología, pero están bien integradas a la narración de modo que en ningún momento atosiga ni confunde. De física, me gustaron las descripciones del ambiente libre de gravedad dentro de la esfera, y de la libertad de movimiento allá en la Luna donde uno pesa 1/6 de lo que pesa acá. De biología, la flora que puede vivir en aquellas condiciones extremas, y los Selenitas que –por lo mismo- viven en el interior de nuestro satélite.
Obviamente hoy ya sabemos muchas de las cosas que Wells tuvo que imaginar en 1901, así que para apreciar su libro tenemos que ponernos en su lugar. Es interesante, además, saber que lo escribió después de -y en respuesta a- De la Tierra a la Luna de Julio Verne.
Adler’s physiology of the eye
Hace 3 días
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