El viernes pasado sí pudimos hacer las Noches de observación y todo salió muy bien. Para mí fue muy especial ver a Venus en forma de uña y pensar que antes de ti nadie lo había visto así. Además me recordó las otras veces que he mirado por un telescopio.
Yo no fui aficionada a la astronomía de niña, y cuando la empecé a estudiar me especialicé en una rama completamente teórica. Así que la primera vez que miré a través de un telescopio fue en 1990. En esa época trabajaba en el departamento de cómputo del Instituto de Astronomía de la UNAM y me tocó ir a Ensenada a instalar equipo. Aprovechando que estaba allá, pedí permiso para subir con mi amiga Gisela al Observatorio de San Pedro Mártir, en la Sierra de Baja California. Me dieron una visita guiada para conocer las instalaciones y los telescopios. Pude mirar por el más grande (2.1 m de diámetro), que es distinto de los tuyos porque utiliza espejos y no lentes para recolectar la luz. Esa noche vi galaxias y nebulosas, pero lo que más recuerdo es la Luna. Se veía tan cerca que sentía que si me estiraba la podía tocar.
Cuando me fui a estudiar astronomía a La Universidad de Manchester, tenía algunos amigos en el observatorio de Jodrell Bank , y me invitaron a conocerlo. El telescopio que está allá no atrapa luz visible, sino de radio que tiene menor energía y nuestros ojos no perciben, por lo que la experiencia de observación es completamente distinta. Se puede observar de día y además lo que se ve no son imágenes, sino gráficas que luego se deben procesar para que se asemejen a las fotos que normalmente vemos. Esa vez lo que más me impresionó fue la manera de extraerle información a las cosas invisibles.
En 1995 regresé al Instituto de Astronomía y varios amigos me invitaron a participar en sus proyectos. Una de las cosas que hice fue acompañar a Pepe Guichard a observar galaxias en Cananea desde el telescopio Guillermo Haro del INAOE. Éste es muy parecido al de San Pedro Mártir, y lo nuevo esta vez fue que no sólo fui de mirona, sino a trabajar de verdad. Tuvimos varias noches nubladas (en las que platicamos mucho), pero logramos hacer suficientes observaciones para llevarnos trabajo a casa. Lo que Pepe quería era ver los espectros de unas galaxias que emiten más energía de lo normal. Así que además de aprender a hacer las observaciones, me tocó trabajar con los espectros para sacarles información.
Poco tiempo después de eso me decidí a dar el brinco para dedicarme a lo que realmente me llamaba la atención, la divulgación. En 2002 fui a visitar a mi amiga Anabel Arrieta en Baltimore, donde estaba haciendo una estancia posdoctoral en el Space Telescope Science Institute . Así que cuando fui a conocer el instituto iba de mirona profesional. Me mostraron todas las instalaciones, pero lo más interesante fue ver el sitio desde donde controlan el Telescopio Espacial Hubble .
Como ves, incluyendo la del viernes pasado, me sobran dedos para contar las veces que he mirado por un telescopio. Lo más especial de esta última vez fue compartir el asombro con tantas personas.
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Hace 3 días
5 comentarios:
Hola Dra. Biro.
¿Es correcto afirmar que la ciencia occidental tiene su punto de partida en los trabajos de Galileo?
Hola Victor Hugo,
Supongo que te refieres a la ciencia moderna. Mira, es bien difícil decir que hay UN punto de partida. Más bien es un proceso que involucró muchos años y muchas personas.
Si quieres saber un poco más del asunto, lee el libro de Steven Shapin que se llama La revolución científica y está en Editorial Paidós.
saludos,
s.
Siempre me ha gustado mirar el cielo, es como la confirmación que lo de afuera continua lo de adentro, la verdadera convicción de ver que al hombre le cabe el universo en la boca. Sin embargo, apesar de mirar todas mis noches el cielo no fue sino hasta hace unos años que logré tener mi primer telescopio. Es muy básico carezco de conocimientos de astrononía, espero usted me pudiera recomendar literatura especializada para hacer observaciones y mirar de nuevo descubriendo lo que no había visto. Gracias.
Hola Abraxas,
Uno que ha revisado y está bien es el Larousse de Astronomía, pero casi cualquier libro te ayudará a iniciar tus observaciones. Si estás en el D.F., visita la biblioteca de Universum, que tiene muchas opciones.
saludos,
s.
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