¡Eureka! ¡Entiendo las cartas! Después de varios meses de estar aprendiendo Italiano por mi cuenta, finalmente me hice de valor y fui a ver las cartas que aparecen en Opere di Galileo. Empecé ojeando el primer periodo, de 1574 a 1610, y me llamaron la atención tres cartas relacionadas con tu familia.
La primera es una brevísima nota que le enviaste desde Pisa a tu padre Vincenzio en Florencia. Está fechada en noviembre de 1590 y en ella le comentas cosas cotidianas como un encargo que te había enviado, tus planes y estudios. Aunque tu padre hubiera querido que fueras médico, pronto tuvo que aceptar que lo tuyo eran las matemáticas, y cuando obtuviste un puesto de profesor en la Universidad de Pisa pudo ver que ya estabas bien encaminado.
La segunda carta está incompleta, y sólo se conserva el final. Escrita un mes después que la anterior, ésta también va dirigida a tu padre y trata principalmente de los preparativos para la boda de tu hermana Virginia. Comentas las cosas que has comprado, como tela, y las que piensas encargar, como vestidos. Le pides que no cuente nada de esto a los demás de casa, para que sea una sorpresa. Al final le avisas que irás a visitarlos en las fiestas de Carnaval del año próximo.
No hay más cartas sobre tu familia hasta mayo de 1593, y para entonces habían cambiado varias cosas importantes en tu vida. En 1591 murió tu padre lo cual seguramente sentiste mucho. Además del pesar, de inmediato también sentiste un gran peso, pues eras el mayor de siete hijos y lo único que heredaste fueron responsabilidades. Un año despúes, tras tres años en la muy ortodoxa Universidad de Pisa, a los 28 años obtuviste un puesto mucho mejor en la más liberal Universidad de Padua, en la vecina república de Venecia.
La tercera carta es de tu hermana Livia y empieza con un enredado chantaje acerca de cuánto interés tenía ella por saber de ti y cuán poco te interesabas en ella. Acto seguido, pasa a un reclamo velado en el cual expresa su preocupación porque piensas enviar a Michelangelo (tu hermano, músico) a Polonia. De una manera realmente hábil, en la misma frase logra decir que esto le parece una mala idea pero que dado el aprecio por tu hermano está segura de que no harías nada que lo pusiera en peligro. Termina pidiéndote tela para hacerse un vestido nuevo. No sé si así es como se llevaban los hermanos entonces, ¡pero ésta no te la envidio nadita!
La única mención a tu madre en estas tres cartas es el saludo que envía a través de Livia. Se sabe realmente poco de ella, excepto que venía de una familia más acomodada que la de tu padre y le hizo la vida de cuadritos pidiendo siempre más. Tu padre, que era músico, tuvo que dedicarse también a la venta de telas para completar para los gastos. La referencia a ella que más me gusta es una muy sutil que hace Drake en tu biografía*, donde dice: “La madre de Galileo, Guilia Ammannati, se conoce a penas de unas cuantas cartas que nos dan una imagen poco halagadora de ella.”
En fin, aquí termina mi primera exploración de las cartas que aparecen en Opere. La gran noticia es que sí las entiendo, ¡así que podré seguir meticheando!
*Stillman Drake (1983), Galileo, Alianza Editorial, Madrid.
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