Cada vez que me preguntan qué es lo que celebramos este año respondo algo distinto. Y no es porque sea muy voluble, sino porque hay varias cosas que celebrar. A ver si logro ponerlas todas aquí en algún orden.
Para empezar está el tan sonado aniversario: en agosto de 1609 supiste por primera vez de un instrumento óptico, el telescopio. Te entusiasmó tanto la idea que construiste el primero y durante meses te dedicaste a perfeccionar otros. Por ahí de diciembre de ese mismo año ya tenías uno con aumento de 30, 10 veces más potente que los que circulaban por entonces. Lo dirigiste al cielo de noche y no dejaste de mirar para arriba durante tres meses. Las maravillas que encontraste cambiaron tu vida, el curso de la astronomía y nuestra manera de entender el universo.
Tu telescopio sirvió como el puente que unió a la astronomía y la cosmología, disciplinas que estaban estrictamente separadas hasta entonces. De la unión de éstas nació la astronomía moderna, que está caracterizada por el uso de instrumentos y de otras ciencias como matemáticas y física.
Celebramos, pues, el inicio, pero también cada uno de los 400 años de la astronomía moderna hasta llegar a la actualidad. A lo largo de estos cuatro siglos tanto los telescopios como las teorías que hemos ido usando han cambiado muchísimo. Con ellos, nuestra comprensión del mundo que nos rodea no ha dejado de crecer. Sólo una cosa se ha mantenido constante: el asombro ante las maravillas del cosmos.
Este asombro es otra de las cosas que celebramos, y la intención de todos los que estamos involucrados en el Año Internacional de la Astronomía es contagiar de asombro a los que se dejen. Aunque seguramente cada quién buscará la manera de lograrlo, los organizadores internacionales sugieren algunas posibilidades. De éstas, la que más me gusta es la del Galileoscopio, que propone hacer instrumentos parecidos al tuyo que sean baratos para así poderlos distribuir ampliamente. Con ellos, muchas personas podrán repetir tus observaciones y maravillarse contigo.
En resumen, el 2009 será una larga fiesta para celebrar nuestra conciencia del universo y la interminable tarea tratar de entenderlo.
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Hace 3 días
2 comentarios:
Hola Susana. Pregúntale a Galileo que por qué no le contestaba las cartas a Kepler, el otro festejado de 2009. Qué bien estaría que nos pudiera contestar, ¿no?
Hola Sergio,
Hum, no sé. Si ya ahora, cuando le cuento a la gente que le escribo a Galileo me ven medio raro, no sé qué pasaría si me contestara!!!
Lo bueno es que tenemos documentos históricos y con ellos podemos encontrar respuestas a preguntas como la tuya. En realidad no es que NO contestara sus cartas, nomás no las contestó todas.
Prometo que pronto les escribo para contarles sobre las diferencias en las personalidades y las investigaciones de Galileo y Kepler.
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