miércoles, 10 de diciembre de 2008

Una astrónoma

Puesto que llevo varios meses escribiéndote, sabes que por lo menos existe una astrónoma en México. Pero seguramente ya te habrás imaginado que no soy ni la única ni la primera. Para cuando yo empecé a tomar materias sobre este tema en la Facultad de Ciencias de la UNAM, aproximadamente la mitad de los astrónomos profesionales en el Instituto de Astronomía eran mujeres.

Esto, claro, no siempre fue así. El Observatorio Astronómico Nacional (OAN) se fundó en 1878 y su primer director, Ángel Anguiano, había estudiado ingeniería civil y arquitectura. Los siguientes directores fueron ingenieros geógrafos, pues en esa época la labor principal del Observatorio era ayudar a determinar las posiciones de ciudades y fronteras.

Un poco antes de 1900 el OAN inició su participación en un proyecto internacional puramente astronómico: La Carta del Cielo. Nuestra tarea era tomar fotos del cielo que se puede ver entre los 9 y 16 grados de latitud sur para detectar todas las estrellas por arriba de cierto brillo. Muchos países colaboraron y la suma de todos los esfuerzos se reunieron en sendos catálogos.

Para realizar este proyecto debíamos llevar a cabo varias tareas. Primero exponer las placas de vidrio con película fotográfica a la luz que pasaba por el telescopio; luego contar las estrellas que aparecían en cada placa y medir su brillo; finalmente, calcular su posición real en el cielo. En cada tarea había un especialista, y la tarea de contar y medir estrellas la hacían generalmente mujeres. Esto probablemente se debe a que es una labor que requiere de mucho cuidado y poca preparación. La que ves aquí es una impresión de una de esas placas.




Lo de la particípación de las mujeres lo sabía yo porque lo había leído, pero ahora que estamos organizando el Fondo Observatorio Astronómico Nacional hemos visto sus nombres en los formatos. Esta semana, por ejemplo, encontramos que por ahí de 1902 había una Srta. Veloz (así dice, no lo estoy inventando) que hizo las mediciones para muchas placas.

La situación de la formación de los astrónomos fue cambiando conforme quedó claro que hacía falta conocer física para poder plantear y responder preguntas interesantes sobre el Universo. Pero la situación de las mujeres tuvo que esperar a que llegara a nuestro país Paris Pismis, doctora en astronomía de origen armenio y nacionalidad turca que conoció al mexicano Felix Recillas en Harvard, se casó con él y terminó trabajando en nuestro país.

Así, Paris se convirtió en la primera astrónoma de México en dos sentidos: primera mujer y primera persona con un doctorado en astronomía. Además de sus temas de investigación (entre los que estaban las galaxias de las cuales ya te platiqué un poco), dedicó mucho tiempo a la docencia. Y, en cierto modo, todos los astrónomos que le seguimos somos sus descendientes intelectuales. En esta foto que te pongo se ve como yo la recuerdo.

1 comentario:

Telescopio Púrpura dijo...

Oh, me ha encantado este lugar. Tengo un telescopio y es purpura, y su alcance es a unos cuantos detalles de la vida cotidiana, se queda corto en comparación a este lugar.
Vendré a visitarlo mas seguido.

Saludos!