Naturalmente que estábamos todos allí –dijo el viejo Qfwfq-, ¿y dónde, si no? Que pudiese haber espacio, nadie lo sabía aún. Y el tiempo, ídem: ¿qué queréis que hiciéramos con el tiempo, allí apretujados como sardinas?
He dicho “apretujados como sardinas”, así, por usar una imagen literaria: en realidad no había espacio ni siquiera para estar apretados. Cada punto de cada uno de nosotros coincidía con cada punto de los puntos de los demás en un punto único que era aquel donde estábamos todos.
Así empieza “Todo en un punto” uno de mis cuentos favoritos de uno de mis autores favoritos (y compatriota tuyo), Italo Calvino. Lo recordé ayer por la tarde (en el tráfico, en viernes de quincena) porque así siento esta megalópolis en la que insisto en vivir. Pero en realidad el cuento no trata de eso.
Calvino disfrutaba mucho de leer acerca de la ciencia y, cada tanto, algo de lo que leía le disparaba la imaginación y escribía un cuento. Después de algún tiempo, bautizó este tipo de cuentos como cosmicómicas y los reunió en un libro* fabuloso.
“Todo en un punto” cuenta la historia del universo desde el punto de vista de aquellos que estuvieron ahí al mero inicio. Aunque se trata de literatura, para mi gusto es uno de los mejores acercamientos a la teoría que hoy llamamos “La gran explosión” porque nos deja una sensación de cómo debió de ser el proceso.
Para que disfrutes el cuento, te explico un poco de lo que sabemos hoy sobre el origen del universo. A principios del siglo XX, el astrónomo estadounidense Edwin Hubble estaba estudiando los espectros de la luz que viene de las galaxias y descubrió que se están alejando unas de otras. A partir de entonces hemos ido desentrañando el misterio del inicio y desarrollo de todo.
A muy grandes rasgos, lo que dice esta teoría es que en un inicio todo lo que hoy conocemos estaba concentrado en un solo punto. Luego hubo una gran explosión y conforme el universo iba creciendo, también se iba enfriando. Con el tiempo se pudieron formar los átomos, que se concentraron en nubes y formaron estrellas y galaxias, hasta llegar a lo que hoy conocemos.
En el mismo libro vienen otros cuentos que tratan sobre astronomía que te platicaré más adelante.
*Calvino, Italo (2007), Todas las cosmicómicas, Siruela, Madrid.
3 comentarios:
Me encantan las cosmicómicas!!
Por cierto; que como es año de la astronomía, me contaron que en el carnaval de veracruz, todos los carros alegóricos tenian motivos del espacio, quiobo???!!!
Si consigo fotos te las mando.
Saludos
Hola Susana:
Nos conocimos en el 2000 en Universum, yo estaba a la mitad de la carrera en ciencias, hoy encontré tu blog. Me parece muy original escribirle a Galileo, es una excelente idea para convocar lectores.
Escribo para recomendarte un post especial que hice sobre galileo, se llama “De cómo Galileo le bajó los astros a los Médicis”. La dirección es
http://vicente1064.blogspot.com/2009/02/de-como-galileo-le-bajo-los-astros-los.html
y el chiste
Galileo le explica sus descubrimientos al Papa:
http://vicente1064.blogspot.com/2009/02/chiste-galileo-le-explica-sus.html
También, si lo consideras te pido que enlaces mi blog. Pues el sito está enfocado a temas de física, por el momento estoy interesado en notas históricas.
Espero que te guste
Gracias
Vicente Torres Z.
Tulia: me contaron que el año pasado, en Michoacán en el día de muertos hubo tapetes de flores con marcianos(!).
Vicente: gracias por las recomendaciones, les echaré un vistazo.
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