lunes, 27 de octubre de 2008

Un Papa cortesano

El mismo día que terminé el libro de Biagioli en inglés, me llegó por correo la traducción al español (para el curso que daré el año que viene.) Me gustó mucho, principalmente por la manera en que organiza tanta información acerca de tu vida y obra utilizando la estructura social en la corte renacentista italiana como el hilo conductor.

Una de las cosas notables de este libro es su tratamiento del tema del juicio ante la Inquisición en 1632. Éste es un tema que en general no me agrada, porque me parece que en la actualidad la gente no lo conoce y lo deforma fuera de toda proporción. Si detienes a alguien en la calle y le preguntas qué sabe sobre Galileo, te contestan con una de dos anécdotas:

El experimento de tirar cuerpos desde la Torre de Pisa
o algo sobre el juicio ante la Inquisición

Sobre el juicio generalmente repiten la frase que según Viviani dijiste después de haber abjurado: “Sin embargo, se mueve”. O bien te mencionan como un mártir, diciendo que arriesgaste tu vida por defender la libertad para hacer ciencia. Y no es su culpa que tengan una versión tan simplona del tema, pues es así como se lo han enseñado en la escuela o en obras de divulgación.

Lo que me gustó en el libro de Biagioli es que sí aborda el tema, pero le da la justa proporción. Para empezar, le dedica 30 páginas hasta el final de un libro de 400. El capítulo se llama “Un marco para el juicio de Galileo” y justamente lo que hace es colocar este complicado tema dentro de un marco que nos permite entender lo que sucedió.

La explicación de Biagioli para el juicio es elegante por sencilla. Dice que cuando Urbano VIII se volvió Papa, tú viste una ventana de oportunidad para publicar tu libro Diálogo sobre los dos principales sistemas, tolemáico y copernicano. El Papa inicialmente te apoyó, pero cuando el libro salió publicado él estaba en un momento políticamente complicado en el que –entre otras cosas- se le acusaba de ser demasiado tolerante con los herejes. Y esto se juntó con algunas quejas de los opositores que te fuiste generando a lo largo de los años y por lo tanto te tuvo que sacrificar.

Aunque la excusa que utilizó inicialmente es que habías traicionado su confianza y publicado el libro sin su permiso, a lo largo del juicio se te acusó también de insultar al Papa al representar la doctrina de la omnipotencia divina en boca de Simplicio, ignorar la advertencia de Bellarmine en 1616 sobre las ideas de Copérnico y presentar estas ideas como verdades absolutas en vez de ponerlas como meras hipótesis. Al final se centraron en que hablabas sobre el sistema copernicano porque era lo más coherente.

Muchos documentos se han perdido, de modo que no tenemos la versión definitiva, pero esta me parece una buena interpretación.

3 comentarios:

Elisa T Hernández dijo...

esta bonita tu cabecera del blog!

Anónimo dijo...

Hola, interesante blog.

Acerca del juicio a Galileo, ¿en qué libro está mejor explicado, en "Galileo ciencia y religión", o en el de "Galileo cortesano"?

Gracias, saludos, y feliz año nuevo ;-)

Flor

Susana Biro dijo...

Mira, a mí me gusta mucho más "Galileo cortesano", me parece que hace una explicación completa y coherente. La ventaja que tiene "Galileo, ciencia y religión" es que puedes leer cualquiera de los ensayos por separado.

Hay dos libros que todavía no leo y que suenan muy bien. Ambos son de Maurice Finocchiaro. En "The Galileo Affair" recopila y comenta los documentos del caso; mientras que en "Retrying Galileo" ve lo que pasó después del juicio, desde 1633 hasta 1992. Cuando llegue a esa parte de la pila de libros se los comentaré.