viernes, 17 de octubre de 2008

De cometas y controversias

Sigo con la lectura del libro de Mario Biagioli sobre tu obra y su relación con la cultura de esa época (por cierto, me enteré que también está traducido al español como Galileo cortesano.) Ahora acabo de terminar el capítulo que aborda la discusión sobre cometas en la que estuviste involucrado.

En tus tiempos, los cometas eran un fenómeno difícil de explicar. Como aparecían y desaparecían, se pensaba que tenían que ser parte de la atmósfera terrestre, pues según la cosmología de Aristóteles ahí sí se valía que hubiera cambios. Esta explicación empezó a hacer agua cuando varios astrónomos comenzaron a usar telescopios para observar los cometas. Con estos nuevos instrumentos pudieron medir las distancias a las cuales se encontraban y supieron que están más allá de la Luna. Esto planteaba un problema, pues según Aristóteles, todo aquello que se encontraba más allá de la Luna era perfecto e inmutable.

En 1618 aparecieron tres cometas en los cielos de Europa. El astrónomo jesuita Orazio Grassi los observó y escribió un tratado para comunicar a todos que –al igual que las estrellas- no se veían mucho más grandes a través del telescopio y por lo tanto debieran tan lejos como ellas. Como en esta época tú eras la autoridad máxima en observaciones telescópicas, muchos te escribieron para saber tu opinión sobre esta novedosa propuesta. Desafortunadamente entonces estabas enfermo, y no pudiste hacer tus propias observaciones. Más tarde escribiste algunos tratados breves y finalmente en 1623 publicaste un libro sobre el tema.

El ensayador fue muy popular en tu época. Dicen, por ejemplo, que el Papa Urbano VIII (que te conocía y apreciaba) disfrutaba de que se lo leyeran a la hora de la comida porque era entretenido y estaba muy bien escrito. Pero los historiadores de la ciencia de ahora no saben muy bien cómo explicar esta obra porque es muy distinta a casi todas las demás que publicaste. Ahí utilizas algunas hipótesis de Aristóteles (a quien atacaste tanto en otros lados), caes en contradicciones y a veces atacas a Grassi sin buenos fundamentos.

La interpretación de Biagioli es que en esta obra utilizaste una estrategia especial. Que te sentías amenazado porque los astrónomos jesuitas en Roma pudieron hacer las observaciones y tú no; y porque sus opiniones empezaban a contar tanto como la tuya. Así que moviste el campo de la discusión, alejándolo de las observaciones y llevándolo al lado más teórico. De este modo saliste victorioso en la discusión y te volviste a ubicar como el astrónomo más importante de la época.

Si te soy sincera El ensayador me cuesta trabajo pues, aunque tiene algunos pasajes atractivos, no le veo una línea conductora. Con la lectura que hace Biagioli de esta obra logro entenderla mejor. Pero ¿tú qué opinas?

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