La semana pasada fui al Centro de Radioastronomía y Astrofísica (
CRyA) en Morelia a dar una charla sobre la historia del Observatorio Astronómico Nacional. Como siempre, me dio mucho gusto estar allá. Hubo buenas preguntas y se nota que están interesados en el pasado de su disciplina.
Al terminar,
Yolanda Gómez y
Luis Felipe Rodríguez me llevaron a Zinapécuaro para hacer turismo histórico-astronómico. Hace tiempo, Luis Felipe me había platicado de un tocayo suyo, Felipe Rivera, que descubrió una nova. Rivera, que fue un hombre importante de Zinapécuaro en su tiempo, era además astrónomo aficionado, ¡y amigo de Camille Flammarion!
En febrero de 1901 vio una estrella muy brillante en la constelación de Perseo que no estaba ahí antes. Desafortunadamente la nova GK Persei (como se conoce ahora) fue detectada y reportada antes por el escocés Thomas Anderson. Aún así, es un evento notable por lo que nos dice sobre la vida del México de entonces.
Hoy la casa de Rivera es un museo donde resguardan muchos de sus libros, documentos y objetos personales. Acá estamos registrándonos a la entrada de la casa-museo (Yolanda fue la fotógrafa de la expedición).
Nos contaron que Rivera tocaba el violín, y hacía reuniones musicales. También daba pláticas sobre astronomía en este patio que ves. Uno de los cuartos, llamado, Salón Urania tiene un techo increible, que han conservado como él lo tenía.
Me dio mucho gusto ver que el museo se está volviendo, además, el archivo histórico de Zinapécuaro. Al parecer una semilla de historia ha germinado ahí.