miércoles, 29 de julio de 2009

Experimentos

Como te gustaba tanto la polémica, creo que te interesará saber que se ha discutido mucho acerca de los experimentos que reportas en en la tercera y cuarta jornada de tus famosos Discursos sobre dos nuevas ciencias.

En el siglo XIX se te utilizaba con frecuencia como un buen ejemplo del uso de la observación y el experimento para conocer a la naturaleza. Sin embargo, en un esfuerzo por demostrar la racionalidad de tu trabajo, el filósofo Alexandre Koyré dijo desde 1939 que no hiciste tales experimentos (1).

Durante décadas, ésta fue la versión que la gran mayoría creyó; pero en 1961 apareció el primer artículo (2) que rebatió esa posición. En él Thomas Settle, un joven estudiante de posgrado en historia recreó el experimento del plano inclinado. Utilizando solamente materiales e instrumentos como los que debiste tener a la mano, construyó primero un dispositivo para medir el tiempo (hoy le llamamos cronómetro) por el volumen de agua que cae de un contenedor con un orificio pequeño. A continuación armó un plano inclinado con un canal, tal y como tú lo describes. Con ellos midió los tiempos que toma una pelota en recorrer el plano y logró resultados similares a los que tú reportaste.

Más adelante, en 1972, el historiador de la ciencia James MacLachlan reconstruyó otro de tus experimentos (3). También tratando de ceñirse a los materiales del siglo XVII, tomó una bola de cristal con un orificio muy pequeño, la llenó de vino, y la colocó sobre un recipiente lleno de agua de tal modo que el orificio estuviera abajo, en contacto con el agua. En los Discursos reportas que el vino bajaba lentamente, en delgados chorritos, mientras que el agua subía de igual manera, sin mezclarse, hasta quedar arriba el agua y abajo el vino. Koyré dijo que él no lo pudo hacer, pero MacLachlan lo logró, y además argumentó dónde estaba el problema del dispositivo de Koyré.

Uno de los argumentos de Koyré para defender su hipótesis de que no hiciste los experimentos es que no se conocían tus apuntes ni diagramas de esos experimentos. En 1973, Stillman Drake (4) fue a Italia y encontró varias hojas de tus apuntes que no fueron incluidos a la hora de publicar la Obras de Galileo. En particular, encontró este diagrama y datos experimentales de inercia horizontal y tiro parabólico. Reconstruyó este experimento y concluyó no sólo que seguramente lo hiciste, sino que además debiste hacer otros.



Desde entonces, muchos otros han pensado, experimentado y publicado sobre el tema. Hoy sabemos que en tu trabajo hay tres tipos de experimentos: reales, imaginarios y pensados. Los reales son los que sí llevaste a cabo. Pudiste haber hecho los imaginarios, pero los dejaste enunciados por su dificultad o porque no valía la pena hacerlos. En la tercera categoría quedan aquellos que en efecto eran nomás pensados.


(1) Koyré, A. (2005), Estudios Galileanos, Siglo Veintiuno Editores, México.
(2) Settle, T (1961), “An Experiment in the History of Science”, Science, Vol 133.
(3) MacLachlan, J. (1972), "A Test of an ‘Imaginary’ Experiment of Galileo's", Isis, Sept, 1973, vol 64, no 233.
(4) Drake, S. (1973), "Galileo's Experimental Confirmation of Horizontal Inertia: Unpublished Manuscripts", Isis, sept, vol 64, no 223.

domingo, 26 de julio de 2009

Vacaciones

Tras tres deliciosas semanas de vacaciones, mañana regreso a la Universidad. Lo que más disfruté fue ver amigos y atender mi creciente hortaliza en la azotea. Tú, que tenías tanto un viñedo como una hortaliza, seguro que apreciarás cómo van mis jitomates.




Además tengo varias hierbas para cocinar como romero y hoja santa. Acabo de plantar semillas de pimiento y chile y espero que se den, pues estoy compitiendo con mi nuevo vecino.

En estos días hice dos viajes, uno breve a Lagos de Moreno y otro más largo a Rusia. El primero fue para dar una plática sobre ti como parte del seminario Ciencia, Arte y Religión organizado por la Universidad de Guadalajara.
El segundo viaje, que todavía no termina, lo estoy haciendo desde la comodidad de mi sillón favorito y con la ayuda de Leo Tolstoy y su maravillosa novela del siglo XIX, Anna Karenina (en una excelente grabación de la BBC con David Horovitch).

No todo fue descanso, sin embargo, pues el próximo martes me toca dar una ponencia dentro del coloquio El legado de nuestros antepasados en el Instituto de Astronomía. Así que en esta última semana dediqué algo de tiempo a estructurar lo que quiero decir. Ya te contaré cómo salió.

domingo, 12 de julio de 2009

Ciencia ficción

En realidad no te tengo que explicar mucho acerca de la ciencia ficción, pues seguro que conociste al menos un ejemplo. En su Sueño*, Kepler ya hizo todo lo que hacen ahora los autores de ese género: tomando lo que se conocía acerca de la Luna y todas las preguntas que flotaban en el aire, contó una historia sobre sus habitantes.

Ahora se publican muchas novelas de este género, pero lo que no es usual es que estas historias tomen la forma de poema. Hace poco me encontré uno que podría ser de amor o bien una brevísima obra de ciencia ficción. Te pongo unos fragmentos, y te recomiendo todo el libro.

Nostalgia de Marte**

Demasiado atado a la gravedad terrestre
echo mi sueño entero a volar
hacia una plenitud que se corre al infrarrojo

Salgo disparado por la potencia precisa de la luz
por el vértigo espiral de cresta exacta
hacia la efímera lasitud de hondas longitudes
que se siembran en el vasto océano universal

...

En este estado del destiempo
atravesar cualquier atmósfera se vuelve un asunto de cuidado

Si no se encuentra el ángulo preciso
se pueden encender los aparejos
con secuencias acaso inéditas
acaso imaginables
a estas alturas del universo vagamundo

...

Por fin he llegado a Marte
para empezar de nuevo la historia de la navegación
de los encuentros deslumbrantes y el naufragio inevitable
que sea esta vez en la definitiva obscuridad
donde la luz se abata tanto
que ni siquiera le saque chispas al quebranto

...


*Lear, John (2005), El sueño de Kepler, DGDC-UNAM, México.
**Pintado, José Manuel (2003), Nostalgia de Marte, CONACULTA, México.

miércoles, 8 de julio de 2009

Nuestros antepasados

A finales del mes habrá una interesante serie de conferencias en el Instituto de Astronomía de la UNAM. Se trata de una reunión de los que estamos estudiando la historia de la astronomía en México. Habrá ponencias sobre temas que van desde los tiempos antes de la llegada de los españoles a América, y hasta casi nuestros días. Te pongo el programa del primer día. Si te interesa, puedes ver lo demás en la página de Astronomía.

El legado astronómico de nuestros antepasados
Instituto de Astronomía, UNAM
28 a 31 de julio

Martes 28 de julio

10:00 Felipe Rivera y las explosiones en la astronomía
Luis Felipe Rodríguez
Centro de Radioastronomía y Astrofísica, UNAM

10:30 Luis Enrique Erro "de carne y hueso"
Jorge Bartolucci
Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación, UNAM

11:00 Francisco Javier Escalante Plancarte: observaciones de Marte
Francisco Mandujano
Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, UNAM

12:00 Implantación astronómica. Una historia desconocida del México colonial
Marco Moreno
Instituto de Astronomía, UNAM

12:30 La astronomía en la posrevolución: un gallo que no se pela
Javier Balbuena
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

13:00 Quehacer astronómico de José Antonio Alzate
Alberto Saladino
Facultad de Humanidades. UNAM

13:30 Ser astrónomo en el Porfiriato
Susana Biro
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

14:00 Paris Pismis: Legado del primer astrónomo profesional del México moderno
Margarita Rosado
Instituto de Astronomía, UNAM

14:30 La astronomía y su utilidad para la Secretaría de Fomento
María Alejandra Sánchez Estrada* y María de la Paz Ramos Lara**
*Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa
**Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Ciencias y Humanidades, UNAM